Los países más avanzados en el uso de las transacciones digitales se lo están pensando mejor y están volviendo al dinero físico. En el mundo en que vivimos, eliminarlas totalmente es demasiado arriesgado.
Dinero dinero dinero. Manejar papel moneda sigue siendo, para muchos, uno de los placeres de la vida. En los últimos años, sin embargo, también ha sido uno de los placeres más cuestionados. Al mismo nivel que el tabaco, el alcohol o los vicios alimentarios. Una de esas cosas que, aunque nos causan una gratificación inmediata, encierran muchos inconvenientes, sobre todo para la comunidad. Por eso está cobrando fuerza la tendencia, ya iniciada hace varios años, de las transacciones digitales. Tarjetas, cajeros automáticos, códigos Qr, Apps de todo tipo, siempre que uno no meta físicamente la mano en la cartera y se contente con pagar un café con una tarjeta de crédito.
Con esta tendencia se ha iniciado una especie de competición mundial, entre los países occidentales más avanzados, por ser el primero en eliminar completamente la moneda física de la circulación.
Norte de Europa
Entre los países que ocupan la primera posición en esta clasificación están los escandinavos. Según un reciente análisis de Finansplassen, un sitio web noruego de información financiera, basado en datos del Banco Mundial y Eurostat, Noruega y Suecia están en el podio con la menor cantidad de efectivo en circulación del mundo en porcentaje del PIB. Además, el número de cajeros automáticos es de los más bajos del mundo y, en Noruega, la población que realiza operaciones bancarias por Internet supera el 95%.
Finlandia y Dinamarca, según Euronews, les siguen con más cajeros automáticos que Noruega y algo menos de terminales de pago, pero aproximadamente el mismo porcentaje de personas que utilizan la banca online.
Una tendencia tan fuerte que, según un informe del periódico The Independent, llevó al mayor banco de Noruega, DNB, a pedir que se dejara de utilizar dinero en efectivo en 2016. El motivo fue la preocupación por la propagación de actividades ilegales como el blanqueo de dinero.
Más o menos al mismo tiempo, la gente empezó a utilizar Vipps MobilePay, lanzado en 2015, un monedero electrónico que permite a los clientes enviar dinero tan fácilmente como enviar un mensaje de texto. La aplicación tiene ahora 11,5 millones de usuarios en Noruega, Finlandia y Dinamarca.
Los otros países europeos con menos dinero en efectivo son Islandia, Estonia, Lituania, Chipre y Suiza.
Sin efectivo fuera de Europa
A la cabeza de los países sin dinero en efectivo fuera de Europa está Hong Kong, que fue el primer país en introducir un método de pago digital, Octopus, allá por 1997, y que en los últimos años está corriendo para convertirse en el primer país del mundo totalmente sin dinero en efectivo. Australia, que, según los expertos, carecerá totalmente de dinero en efectivo en 2030; China, donde se introdujo hace algún tiempo el escaneo de códigos QR para realizar pagos.
Un proceso global al que la pandemia ha contribuido enormemente. Según el Banco Mundial, se ha pasado de una media de 91 pagos sin efectivo por persona y año en 2017 a unos 135 en 2020.
La marcha atrás de los escandinavos
Pero recientemente ha ocurrido algo inesperado. Suecia y Noruega, los 2 países que encabezan la clasificación, han iniciado un brusco retroceso.
¿El motivo? El creciente temor a las brechas y a los ataques de hackers. Tanto es así que las propias autoridades están animando a los ciudadanos a utilizar más el dinero en efectivo para sus transacciones.
Como informó The Guardian, «el miedo a los ataques híbridos rusos se está convirtiendo casi en parte de la vida cotidiana en Suecia, la vida sin dinero en efectivo no está resultando ser la utopía que quizás una vez prometió ser».
El Ministerio de Defensa sueco envió un folleto a los hogares el pasado noviembre titulado: «Si se produce una crisis o una guerra, aconsejamos a la gente que utilice dinero en efectivo con regularidad y que mantenga un mínimo de una semana de provisiones en varias denominaciones para reforzar la preparación».
Las mismas preocupaciones y recomendaciones en Noruega donde, en 2024, se introdujo una legislación por la que los minoristas pueden ser multados o sancionados si no aceptan dinero en efectivo.
«El mundo que nos rodea es cada vez más problemático debido a las guerras, las amenazas digitales y el cambio climático», declaró Emilie Enger Mehl, ministra noruega de Justicia y Emergencias. «Debemos estar preparados para cortes de electricidad a largo plazo, fallos del sistema o ataques digitales que provoquen el fracaso de las soluciones de pago digitales».
En resumen, lo que hasta hace poco parecía ser el futuro del comercio y las transacciones está mostrando ahora sus debilidades y obligando a replantearse todo el sistema.
Por supuesto, a pesar de los temores, será difícil bloquear un proceso global que ya lleva años en marcha hacia el menor uso posible del dinero en efectivo, pero las recientes decisiones de los dos países escandinavos demuestran que eliminar totalmente el papel moneda puede ser una meta utópica. Y todos los que siempre han sostenido (y hay muchos en Italia) que es imposible prescindir del dinero físico se alegrarán de ello.
Como de costumbre, la verdad puede estar en algún punto intermedio y, sin excluir ningún camino, deberíamos acostumbrarnos a vivir con ambos sistemas, como ya hacemos.
Lo que tendrá que crecer, sin embargo, es la concienciación sobre el uso del sistema digital.
La lección
Si algo puede enseñarnos el cambio de rumbo escandinavo es precisamente el alto riesgo que corremos todos hoy en día, incluso en transacciones aparentemente triviales, y la importancia de ser conscientes de cada acción que realizamos en Internet, especialmente cuando tratamos con nuestro dinero.
También sabemos que no existe el método de pago perfecto, cada uno tiene sus pros y sus contras. Lo que hay que reforzar, sin embargo, en estos tiempos en que los ataques de la red vienen de todas partes, es nuestro conocimiento digital y nuestra postura con respecto a cualquier tipo de acción realizada en línea. En resumen, está prohibido tomarse el asunto a la ligera, aunque sólo se trate del pago de un café.
Un objetivo alcanzable siempre que se sigan cursos de formación estructurados y sostenidos, que estén siempre al día de las últimas noticias sobre delincuencia e incluyan ejercicios prácticos.
Lo que hay que desarrollar es una actitud de estar siempre «alerta», afinando las antenas en caso de incidentes sospechosos.