Presta atención al contenido del correo electrónico y desconfía si percibes:
- Una sensación de presión y urgencia: los ciberdelincuentes se basan normalmente en la presión y la urgencia para inducir una acción instintiva e inmediata.
- Una comunicación inesperada: el correo electrónico suele contener una comunicación inesperada con una petición inusual. El formulario resulta extraño incluso cuando procede de un remitente aparentemente conocido.
- Dirección del remitente: la dirección del remitente suele contener anomalías, como proceder de una dirección genérica o de direcciones extranjeras.
- Errores de ortografía: los correos electrónicos masivos («spray phishing») suelen contener faltas de ortografía, resultado de traducciones burdas. Las fórmulas de apertura son genéricas, como «estimado cliente».
- Enlaces maliciosos: los correos de «phishing» inducen a la gente a hacer clic en enlaces con anomalías: el enlace «visible» a menudo no coincide con el enlace «real» y el enlace real apunta a sitios distintos de los esperados.
Si prestas atención a nuestras tarjetas, encontrarás numerosos consejos sencillos para defenderte de la ciberdelincuencia.